¿Sabías que es normal que los niños tengan los dientes temporales algo separados? De hecho esos espacios son necesarios porque los dientes definitivos son más grandes y esos espacios serán aprovechados por ellos para que salgan bien posicionados.
La caída de los primeros dientes suele comenzar alrededor de los cinco o seis años. A medida que los dientes definitivos empiezan a salir, empujan a los de leche, desgastando sus raíces provocando que estos últimos se desprendan. Los dientes se caen dejando un hueco por donde aparece el diente nuevo. El momento de la caída de un diente de leche puede variar de un niño a otro, así que los tiempos generalmente son aproximados.
Los incisivos inferiores nacen en la parte interna de la encía, por detrás de los dientes de leche, empujándolos hacia afuera, los incisivos superiores nacen por delante de la encía empujando los dientes de leche hacia adentro. Las primeras muelas definitivas salen alrededor de los seis años y lo hacen por detrás de las últimas muelas de leche. Estas no sustituyen a ninguna, sino que ocupan un espacio libre, apareciendo primero las de abajo y luego las de arriba.
Los dientes permanentes son más grandes que los de leche, y a veces no tienen espacio suficiente para colocarse correctamente así que pueden salir torcidos.
Los dientes de leche tienen una importancia clave para el desarrollo de una sonrisa sana y fuerte en la etapa adulta. La Dra. Veronica Peña, especialista en odontología de la Clínica Dental Velasco, informa que: “los dientes deben cuidarse desde su aparición”. Durante los meses en los aparecen los primeros dientes, para eliminar las bacterias que se encuentran en las encías, se puede utilizar una gasa empapada en agua, pasándola a lo largo de la línea en la que están erupcionando. Hay cepillos muy suaves para que los niños aprendan a lavarse los dientes en estos primeros años en los que, además de la limpieza en sí, es necesario que adquieran los hábitos de higiene bucodental correctos. Una vez que aparece el primer molar de leche lo ideal sería que se laven los dientes tres veces al día.
Además de la higiene, es recomendable que durante los primeros años se evite que los niños se vayan a la cama con un biberón de zumo o leche, ya que pueden provocar caries que llegan a ser muy agresivas. Si necesitan beber algo, la mejor opción es agua. Los dientes de leche tienen el riesgo de tener caries tan pronto salen, usualmente alrededor de los seis meses.
A los tres años, uno de cada tres niños ya tiene caries, a los cuatro el porcentaje asciende al 63%, y a los cinco se sitúa en el 85%. La caries de un diente de leche nunca debe infravalorarse, ya que si no se cura con rapidez, puede provocar una inflamación. Si el diente careado esta tan dañado que debe extraerse, se formara un espacio vacio y los dientes permanentes crecerán de forma desordenada, con lo que será necesario una ortodoncia para corregirlos.
Es aconsejable que los niños visiten al dentista cada seis meses para revisión y realizar fluoraciones. Es muy importante tratar las caries en la primera dentición para que el niño tenga una correcta masticación y su boca se desarrolle adecuadamente. Si se pierden piezas de forma prematura, se hace necesario mantener el espacio para que, posteriormente, el diente permanente pueda salir de la forma más correcta posible. La visita regular al dentista permitirá tener controlado el recambio dentario.